La fotografía, esa posibilidad de congelar un momento concreto de tu vida y guardarla como si nunca envejeciera fue un paso gigantesco en esta sociedad, esa imagen era capaz de contener ciento de historias, sentimientos e incluso revelar grandes secretos. Ahora mi pregunta es, si una imagen vale más que mil palabras, ¿Cuánto vale un vídeo?
Con este progreso damos un salto del momento concreto a la línea temporal, es decir, en vez de congelar una imagen, guardamos una memoria. El cine, los documentales,.. nos cuentan historias de vidas enteras en horas o incluso minutos y las técnicas para mejorar los sentimientos que se transmiten a través de los vídeos son cada vez mejores... recuerdos, rabia, tristeza,... prácticamente se puede hacer de todo y cada vez de manera más rápida y resumida, si a esto le sumamos la facilidad para difundir este material gracias a internet, tendremos la herramienta definitiva, es decir, la mejor manera de mostrar y hacer sentir a nuestros espectadores o clientes lo que queremos. Todo el mundo tiene algo que contar, todo el mundo tiene historias emocionantes.
Es por ello que es núcleo de nuestro proyecto, porque cada vídeo tiene una personalidad. Nuestra personalidad como equipo y como filosofía de trabajo sumado a la personalidad de cada negocio, hace que cada vídeo sea un nuevo reto, una nueva manera de poner a prueba nuestras destrezas y de sorprender a cientos de personas. Su fecha de caducidad se pospone cada día.
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